Lo primero es marinar la carne. Corta la ternera en láminas finas y mézclala con un poco de pimienta negra y un chorrito de salsa de soja. Con unos minutos de reposo ya coge mucho sabor y queda más tierna.
Mientras tanto prepara la salsa. Solo tienes que mezclar pimienta, un poco de fécula de maíz, caldo y salsa de soja en un bol hasta que la mezcla quede suave, sin grumos. Esta salsa es la que va a dar cuerpo y ese toque picante que hace que el plato esté tan bueno.
Ahora toca saltear la ternera. Pon un wok o sartén grande al fuego con un poco de aceite y cocina la carne a fuego fuerte durante dos o tres minutos, lo justo para que se dore. Enseguida la retiras y la reservas para añadirla después.
En la misma sartén aprovecha todo el sabor que ha soltado la carne y saltea el bok choy durante un minuto. Tiene que quedar tierno pero todavía con un punto crujiente. Mientras, cuece los fideos udon según ponga en el paquete, normalmente con un par de minutos basta si son frescos o congelados. Escúrrelos bien y pásalos directamente al wok.
Cuando ya tengas las verduras y los fideos, vuelve a incorporar la ternera, añade la salsa de pimienta y mezcla todo durante un par de minutos. Verás cómo la salsa se espesa y se reparte entre los fideos, la carne y la verdura.
Este plato se disfruta recién hecho, así que lo mejor es servirlo al momento. Si quieres, añade un poco más de pimienta negra molida al gusto o un poco de cebollino fresco picado por encima para darle color y frescura.